Esta exposición nace de una necesidad visceral: reimaginar el lugar antagónico, cuestionar la legitimidad del héroe y desmontar las estructuras narrativas que durante siglos han definido el bien, el mal y lo humano. Usando el webcomic como medio, el espacio se configura como un grito de transformación cultural, usando la narrativa del arte secuencial como una herramienta de resistencia estética y transformación simbólica.
Hoy, cuando las ilusiones de mérito, virtud y gloria se derrumban, asistimos a la transformación de uno de los arquetipos más profundos del inconsciente colectivo: el héroe. Este ya no es el portador absoluto del orden y la justicia; su declive expone grietas profundas, dilemas morales y violencias normalizadas. En su lugar, emerge el anti-héroe: Ambiguo, frágil y lleno de contradicciones. Aquel que habita los márgenes, las sombras, lo despreciado, lo silenciado, lo reprimido, pero que reclama con fuerza ser el protagonista de su historia.
Las obras aquí reunidas de autores como Plutus, GLL, Sanda, Seo Gwijo, Yuna y Jooahri, Obras como 악당에게 키워진 영애님 , 황녀님이 시간을 되돌리신다 (La villana retrocedió el reloj de arena) y 버려진 나의 사랑 (Por mi amor abandonado) , subvierten las normas del relato épico. En lugar de idealizar, nos enfrentan a personajes que, desde su aparente maldad o fracaso, revelan violencias arraigadas en el poder, el género y la clase social. mostrando que el “villano” puede ser solo es el nombre que recibe quien se niega a obedecer, quien sobrevive, quien se resiste y no encaja en lo correcto.
usando el webcomic como un medio de antiarte en sí mismo, permitiendo conectar de forma emocional y profunda usando lenguajes e imágenes propias de la cultura popular más que el arte académica, es un medio de democratización artística nacido de la digitalidad, distribuido en plataformas abiertas no requiere validación institucional y una “mirada experta” para ser entendido, profana el espacio y lógica del arte tradicional y hace del dibujo seriado un manifiesto accesible, íntimo y global. sin temor de usar el drama, el anhelo y la emoción desbordada sino más bien lo celebra y lo convierte en un motor de resistencia sensible. Desde lo bastardo, desde lo incorrecto el webcomic le da un espacio para habitar la sombra que el discurso hegemónico se empeña en reprimir.
Más que un gesto curatorial, prefiero ver estas creaciones como un acto de cariño y rebeldía, un mapa de cómo desde un gesto sutil en la narrativa generar dilemas profundos, una forma de llevar el arte mucho más lejos que un museo o una feria. Si no más bien llevarlo a todos, una nueva filosofía narrativa más cercana donde se ensaya otra posibilidad de lo humano. Una posibilidad donde los márgenes se tornan centro, donde la fragilidad es una fuerza y donde la reflexión personal trasciende lo privado para volverse un acto político. Si el arte contemporáneo aspira a ser un espejo del individuo y su tiempo, y esto no refleja esas búsquedas, entonces quizás el arte ha perdido de vista su propia esencia.